Evaluación del Daño Causado por Coccotrypes rhizophorae (Coleoptera: Curculionidae: Scolytinae) en manglares del Género Rhizophora en La Boca, Crucita-Manabí

Evaluation of the Damage Caused by Coccotrypes rhizophorae (Coleoptera: Curculionidae: Scolytinae) in Rhizophora Genus Mangroves in La Boca, Crucita, in the Province of Manabí

 Dankini Mendoza-Zambrano[1]

 José Mendoza Gavilánez[2],

Myriam Arias de López[3]

Natalia Molina-Moreira[4]

 

Información del artículo

 

Fecha de recepción: julio 2, 2020

Fecha de aceptación: julio 27, 2020

 

Resumen

Los propágulos del género Rhizophora son frecuentemente afectados por Coccotrypes rhizophorae, un insecto que provoca daño y muerte de los propágulos. El objetivo de este estudio fue evaluar el daño causado por C.rhizophorae en propágulos del manglar La Boca-Crucita. Se establecieron 3 zonas: Zona núcleo de Manglar (MZN), Zona de transición entre manglar y espejos de agua (MEA), y Zona de transición entre el manglar y zonas intervenidas (MCB) y se colectaron aleatoriamente 2100 propágulos durante siete meses (700 por zona). Se determinó que el mayor porcentaje de infestación con 37% fue en la zona MCB. La zona radical con un 25% de daño fue la más afectada en los propágulos. El estado adulto prevaleció en la época seca, mientras en la época de lluvia predominaron las pupas. La mayor sobrevivencia se registró en propágulos con 25% y 50% de daño simulado incluso mayor que en los propágulos sanos.

Palabras claves: Coccotrypes, Rhizophora, manglar, propágulo, supervivencia.

Clasificación JEL: Q0

 

Absctract:

Propagules of the Rhizophora genus are frequently affected by Coccotrypes rhizophorae, an insect that causes damage and death of propagules. The objective of this study was to evaluate the damage caused by C. rhizophorae in propagules of the La Boca-Crucita mangrove swamp. 3 zones were established: Mangrove core zone (MZN), Transition zone between mangrove swamps and water bodies (MEA), and Transition zone between mangrove and intervened zones (MCB) and 2100 propagules were randomly collected during seven months (700 per zone). It was determined that the highest percentage of infestation with 37% was in the MCB zone. The root zone with 25% damage was the most affected in the propagules. The adult state prevailed in the dry season, while in the rainy season the pupae predominated. The highest survival was recorded in propagules with 25% and 50% of simulated damage even greater than in healthy propagules.

Key words: Coccotrypes, Rhizophora, mangrove, propagule, survival.

JEL Classification: Q0

 

Introducción

     Los manglares son bosques de transición entre ecosistemas marinos y costeros (Carvajal y Santillán, 2019). El manglar según Cornejo (2014), es un conjunto de 13 especies vegetales consideradas como manglares mayores (5), menores (2), facultativos (6). Estas especies son dominantes de las zonas costeras tropicales y subtropicales del planeta (Hogarth, 2007).

·         Manglares mayores: familia Rhizophoraceae Rhizophora mangle, R. racemosa, y el hibrido natural R. harrisonii (mangles rojos); familia Acanthaceae Avicennia germinans (mangle negro); y familia Combretaceae Laguncularia racemosa (mangle blanco).

·         Manglares menores: familia Tetrameristaceae Pelliciera rhizophorae (mangle piñuelo); y familia Bignoniaceae Tabebuia palustris

·         Manglares facultativos: familia Fabaceae: Mora oleífera (mangle nato) y Pterocarpus officinalis; familia Annonaceae Annona glabra (anona de manglar); familia Combretaceae Conocarpus erectus (mangle jelí): y familia Malvaceae Talipariti tiliaceum var, pernambucense (majagua), y familia Bignoniaceae Amphitecna latifolia.

     Constituyen el hábitat ideal para la reproducción y alimentación de numerosas especies marinas y terrestres (MAE, 2014), cumplen tambien funciones ecològicas como: el reciclaje de nutrientes, la producción de hojarasca y detritos, la protección de costas y riveras de los esteros frente a procesos erosivos, la retención y acumulación de sedimentos, debido a la capacidad de filtrar aguas contaminadas, mantienen la calidad de las aguas actuando como una depuradora natural, ademàs mitigan el cambio climático al ser excelentes productores de oxigeno y captadores de CO2 (ECOLAP y MAE, 2007), convirtièndose en uno de los sumideros màs grandes de gases de invernadero. A nivel mundial existen alrededor de 13’776.000 ha (Ortiz-Reyes et al., 2018) según el MAE, Ecuador continental tiene 148,230.23 hectáreas de manglar distribuidas en: Esmeraldas 24,270 ha donde crecen los más altos del mundo (50 m en promedio); Manabí 2,583 ha; Guayas 105,219 ha y El Oro 16,158 ha (CLIRSEN, 2007). Galápagos se excluye de esta cifra, que según Moity et al (2019) se han registrado 3.657,1 ha de manglares. 

      El Manglar La Boca según Vera (2013), cuenta con 4 especies de manglar que son: Mangle Rojo (Rhizophora mangle), Mangle Negro (Avicennia germinans), Mangle Blanco (Laguncularia racemosa) y Mangle Jelí (Conocarpus erectus). A pesar de su importancia y altos beneficios ya mencionados, la barrera protectora del manglar está siendo destruida a causa de un interés económico que transforma a los recursos naturales en mercancía (Álvarez, 2014), motivo por el que grandes extensiones de manglar han sido destruidas y sometidas a estrés por varios factores antrópicos que amenaza su conservación a largo y mediano plazo (Carvajal & Santillán, 2019) como actividades agrícolas y ganaderas, explotación maderera, el crecimiento urbano, la industria camaronera, palmicultura, minería, entre otras actividades. Para Castillo (2001), la existencia de insectos herbívoros puede también afectar las especies de mangle que se encuentran en dicho ecosistema, la sobrevivencia y el establecimiento de sus semillas.

     Como ecosistema forestal, el género Rhizophora ha presentado impactos en la configuración de su estructura y función por la barrenación que los insectos causan en los propágulos de este manglar (Canicci y otros (2008). C. rhizophorae un insecto de la familia Curculionidae está dentro de la fauna artrópoda que amenaza y daña a las plantaciones de Rhizophora (Baena et al., 2020).  Los insectos de esta familia se caracterizan por ser especies pequeñas (5 mm máximo) que barrenan ramas, troncos, raíces y plántulas, construyendo galerías dentro del hospedero, las cuales pueden ser de diferentes dimensiones, destruyendo tejido que puede ser primordial para el desarrollo, establecimiento y supervivencia de los propágulos (Wood et al., 1991). El escarabajo C. rhizophorae es un parásito obligado que puede causar la mortalidad de propágulos y plántulas del género Rhizophora mientras desarrolla su ciclo biológico.

     Según Martínez-Zacarías et al. (2017), los huevos son depositados individualmente o en pequeños grupos, para luego pasar por los distintos estados biológicos de larva, pupa, adulto. Este proceso generalmente dura 21 días, y al final la hembra ovada se traslada a material nuevo para infestarlo (Arias y Molina-Moreira, 2019).

     A pesar de que el manglar La Boca es un área turística conservada por la comunidad en los últimos años y liderada por el presidente actual Don Bolívar Aragundi, junto a otros grupos de universitarios y voluntarios de la Fundación Contamos Contigo Ecuador, no se han realizado estudios sobre la relación del coleóptero C. rhizophorae y dicho ecosistema, que permitan evaluar cronológicamente el daño de los propágulos de manglar del género Rhizophora o del desarrollo y crecimiento de sus plántulas. 

     El presente trabajo es un estudio del manglar La Boca en Crucita, fue declarada el 14 de abril del 2011 como área protegida del ecosistema de manglar en el estuario del río de Portoviejo, parroquia Crucita (Delgado-Arauz y Mero Triviño, 2019). Cabe mencionar que esta área de conservación posee 202 hectáreas siendo declaradas por el GAD provincial de Manabí como bosque protector. Por ello, el objetivo principal fue conocer el daño causado por C. rhizophorae en manglares del género Rhizophora en La Boca, así como determinar el porcentaje de infestación, identificar el área del propágulo más afectada, para estimar la población de este insecto que infesta los propágulos y finalmente determinar el porcentaje de sobrevivencia de los propágulos del género Rhizophora mediante daño simulado. 

     De acuerdo con lo anterior, la investigación puede servir para elaborar planes de conservación oportunos dentro del sitio, ya que son escasas las investigaciones que evalúan los estadios de desarrollo de la especie C. rhizophorae en los propágulos del género Rhizophora.

Materiales y métodos

     Área de estudio.

     La presente investigación se efectuó en el Manglar La Boca, que se extiende en los cantones Portoviejo (parroquia Crucita, comuna las Gilces), y Sucre (parroquia Charapotó, comunas San Jacinto, San Roque, y Santa Teresa), en la Provincia de Manabí, en la Costa central del Ecuador (Mendoza-Gavilanez, 2017). La temperatura promedio del área es de 27.7oC., con una precipitación anual variante entre 70.01 – 144.2 mm/año y con una humedad promedio de 74%.

     Para el estudio de campo se establecieron tres zonas de muestreo en el manglar de La Boca (Fig.1): a) Manglar y Espejos de Agua (MEA); b) Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB) y c) Manglar, Zona Núcleo (MZN).

Figura 1. Mapa del Área de Estudio: Manglar La Boca y su delimitación geográfica.

Fuente: (Gavilanez, 2017).

    

     Muestra y procedimiento.

     Evaluación de propágulos. Para evaluar el daño causado por C. rhizophorae en los propágulos del género Rhizophora, en las tres zonas de muestreo seleccionadas en el manglar de La Boca, se consideró el flujo de las mareas y accesibilidad a los sitios para su colecta, donde se tomaron 100 propágulos (300 por mes) de manera aleatoria, durante un período de siete meses (septiembre 2019 a marzo 2020), con un total de 2100 propágulos. Cada muestra fue evaluada en laboratorio el mismo día de su recolección, y se registraron los datos en una hoja de cálculo (Microsoft Excel 2016) para el análisis y tabulación.

     En este estudio se evaluó: 1) Longitud de los propágulos en cm, 2) número de orificios existentes, 3) porcentaje de infestación de C. rhizophorae, 4) área del propágulo más afectada, 5) población de C. rhizophorae en los propágulos infestados con huevos, larvas, pupas y adultos usando una lupa para observar y contabilizar los individuos, 6) porcentaje de sobrevivencia de los propágulos del  género Rhizophora mediante daño simulado.

     Distinción de propágulos sanos vs propágulos infestados.   Se analizó la condición de los propágulos buscando la presencia de aserrín y los orificios que ocasiona la hembra cuando ingresa e infesta el propágulo, características de gran utilidad para detectar el ataque de C. rhizophorae (Fig. 2), y que permite diferenciar un propágulo sano de uno infestado.

Figura 2. A) Propágulos sano y b) propágulos infestado. Fuente: (Massuh, 2019).

     Determinación del porcentaje de infestación.  Para determinar el porcentaje de infestación de C. rhizophorae se utilizó una escala establecida de: 0%, 25%, 50% ,75%,100% (Arias de López y Molina Moreira, 2019), donde 0% son propágulos sanos; 25% para aquellos cuyo daño era la cuarta parte del propágulo, 50% cuando el daño era la mitad, 75% cuando el daño era tres cuartos del propágulo, y finalmente 100% cuando el propágulo se encontraba infestado totalmente. Se realizó un corte longitudinal en el propágulo con un estilete para su análisis (Fig. 3). En los propágulos con dos o más áreas afectadas se consideró el área proporcionalmente más invadida.

Figura 3. Porcentaje de infestación de C. rhizophorae en propágulos del género Rhizophora. A. 0%, B. 25%, C. 50%, D. 75%, y E.100% de infestación.

Fuente: (Massuh, 2019).

 

     Identificación del área afectada dentro de los propágulos infestadosPara el área afectada, se usó parcialmente la metodología desarrollada por Martínez-Zacarías et al., (2017) con el propósito de descubrir si C. rhizophorae tiene algún estándar de conducta relacionado al área más afectada en propágulos de Rhizophora y, a su vez compararlo con la muestra total (n=2100), estableciendo diferentes áreas de estudio dentro del propágulo: apical, media y radical (Fig. 4).

Figura 4. Partes en las que se divide un propágulo del género Rhizophora: A. Apical, B. Media, C. radical.

Fuente: (Massuh, 2019).

 

     Se consideró las posibles combinaciones propuestas por Arias de López y Molina Moreira (2019): apical-radical, apical-media, media-radical y apical-media-radical (Fig. 5).

Figura 5. Combinaciones de infestación en propágulos: A) apical-media, B) media-radical,

C) apical-radical y D) apical-media-radical.

Fuente: (Massuh, 2019).

 

      Estimación de la población de C. rhizophorae en propágulos de Rhizophora.  Posterior a la identificación del área se caracterizó el estadio biológico en cada uno de los propágulos (n=2100) con el fin de conocer en qué etapa se encuentra la especie C. rhizophorae dentro de los mismos (Fig. 6) (Arias de López y Molina Moreira, 2019) para contar el número de individuos de cada estadio de desarrollo de C. rhizophorae.

Figura 6. Ciclo biológico de C. rhizophorae: A: Huevos, B: larva, C: pupa, D: adultos.

Fuente: (Massuh, 2019).

     Determinación del porcentaje de sobrevivencia de los propágulos del género Rhizophora mediante daño simulado. El análisis estadístico se realizó en INFOSTAT y para determinar las diferencias estadísticas se utilizó la Prueba de Duncan (Alfa = 0.05), se establecieron 5 tratamientos haciendo los cortes en la raíz de los propágulos con escala de daños de 0% (Testigo), 25%, 50%, 75% y 100%, con 4 repeticiones (10 propágulos en cada unidad experimental), en total se analizaron 200 propágulos con sus respectivas etiquetas del daño realizado. Se midió inicialmente la longitud de cada propágulo para registrar el crecimiento. Mensualmente se evaluaron  parámetros como: longitud de la raíz, el número de hojas; en este último se registrò el ancho y largo de la hoja. Con estos aspectos y la escala se determinó el porcentaje de sobrevivencia.

Parámetros ambientales

     Se obtuvieron registros mensuales de la precipitación, temperatura del aire y humedad (INAMHI, 2019 - 2020), se indican en la Tabla 1.

Tabla 1. Parámetros ambientales durante el estudio en el Manglar La Boca

Parámetros

Ambientales

Sep

Oct

Nov

Dic

Ene

Feb

Mar

Temperatura

(C)

25.6

26

28.3

29.2

28.8

28.7

29

Precipitación (mm)

4

3

4

15

85

124

112

Humedad

 (%)

80

85

87

89

93

96

102

Elaboración Propia

Resultados

    Porcentaje de infestación en el manglar La Boca

     Los resultados evidenciaron que en las tres zonas de estudio: Manglar y Espejos de Agua (MEA), Zona Núcleo de Manglar (MZN), Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB), el porcentaje de infestación de C. rhizophorae en propágulos del género Rhizophora fue mayor en la época seca entre septiembre y diciembre del 2019 (27°C y 6.5 mm), que en la época lluviosa entre enero y marzo del 2020 (Fig. 7). Se demuestra que el número total de propágulos sanos es mayor en la época seca en las tres zonas, sin embargo, los propágulos afectados presentan mayor porcentaje de infestación en la época seca, siendo la más afectada la zona Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB) con 56 propágulos (38%), seguido de la zona Núcleo de Manglar (MZN) con 39 propágulos (30%), y la menos afectada fue la zona de Manglar y Espejos de Agua (MEA) con 32 propágulos (37%). Esto quiere decir que del total de propágulos colectados (2100) solo 126 propágulos  estaban 100% infestados.

      A diferencia de la época de lluvia donde la más afectada fue la zona de Manglar y Espejos de Agua (MEA) con 21 propágulos (40%), seguido de la zona Núcleo de Manglar (MZN) con 19 propágulos (36%), y la menos afectada fue la zona de Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB) con 13 propágulos (24%). Se destaca que en la escala de porcentaje (0% 25% 50% 75% 100%) de daño causado por C. rhizophorae en la época seca en las tres zonas de estudio, fue mayor el número de propágulos dañados con el 100%, mientras que en la época de lluvia fue mayor el número de propágulos dañados con el 25%.

Figura 7. Porcentaje de infestación causada por C. rhizophorae en propágulos del género

Rhizophora en tres zonas del Manglar La Boca- Crucita-Manabí, época seca y lluviosa.

 

     Rango de la longitud de propágulos.

     Los rangos de longitud de propágulos establecidos, muestran que el 38,5% de propágulos distribuidos en las tres zonas tienen una longitud entre 15 a 19.9 cm; 34.8% de los propágulos están en el rango de 20 a 24.9 cm; 21,9 % en el rango de 25 a 29.9 cm, y la menor cantidad de propágulos se encontró en los rangos de 9 a 14.9 cm con el 4% y de 30 a 34.9 cm apenas 0.6%. (Tabla. 2).

Tabla 2. Rangos de longitud del propágulo del género Rhizophora en las tres áreas de estudio.

Rangos de longitud

MEA

MZN

MCB

9-14.9

37

28

21

15-19.9

257

287

265

20-24.9

237

245

249

25-29.9

163

140

157

30-34.9

6

0

8

 

 

 

 

 

     Orificios ocasionados por el ingreso de hembras de C. rhizophorae.

Los propágulos con mayor cantidad de orificios (2 a 4) se encontraron en la zona Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB) durante la época seca. En la zona Núcleo de Manglar (MZN) los propágulos presentaron de 1 a 3 orificios. El menor número de orificios en los propágulos (1 a 2) se presentó en la zona de Manglar y Espejos de Agua (MEA). En la época de lluvia todas las zonas presentaron solo un orificio.

     Área más afectada en el propágulo.

     La zona radical fue la más afectada en los propágulos de las tres zonas de estudio. Durante la época seca se evidenció mayor número de propágulos dañados en el área radical que en la época de lluvia. En la Figura 8 se observa que predominó durante la época seca el 25% de daño en el área radical con 108 propágulos en la zona de Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB), seguido de la Zona Núcleo (MZN) con 94 propágulos, y el menor número con 63 propágulos en la zona Manglar y Espejos de Agua (MEA); las tres zonas suman un total de 265 propágulos (n=2100).

     En la época de lluvia la más afectada fue la zona de Manglar y Espejos de Agua (MEA) con 23 propágulos (42%), seguido de la zona Núcleo de Manglar (MZN) con 16 propágulos (30%), y el menor número de daño con 15 propágulos (25%) en la zona de Manglar, Cultivos y Bosque Seco (MCB); las tres zonas suman un total de 54 propágulos (n=2100). Se resalta que en ambas épocas estudiadas (seca y lluvia) el daño se presentó en el área radical con un total de 319 propágulos dañados (n=2100).

Figura 8. Áreas afectadas por C. rhizophorae en propágulos del género Rhizophora en el manglar La Boca, época seca y lluviosa.

     Poblaciones de C. rhizophorae en los propágulos de género Rhizophora.

     La época seca se registraron 1478 individuos de C. rhizophorae en total siendo mayor que la época de lluvia con 780 individuos. Se comparó el número de individuos en cada estado del ciclo de vida en ambas épocas y en cada zona (tabla 3 y Fig.9).

Tabla 3 Número de individuos y la etapa de desarrollo biológico de C. rhizophorae.

Estadio de C. rhizophorae vs. Sector y época de muestreo

MEA

MZN

MCB

seca

lluvia

seca

lluvia

seca

lluvia

huevos

39

10

60

15

75

25

larvas

104

0

130

40

142

13

pupas

51

123

85

72

135

156

adultos

193

95

234

104

234

127

 

Figura 9. Número de individuos y la etapa de desarrollo biológico de C. rhizophorae (H: huevos, L: larvas, P: pupas y A: adultos) en las zonas de estudio en época seca y lluviosa.

     Porcentaje de sobrevivencia de los propágulos mediante daño simulado.

     Durante los siete meses de estudio del total de los 200 propágulos evaluados, los tratamientos con 25 % y 50 % de daño en el área radical mostraron la mayor sobrevivencia con el 72.5 %, los cuales estadísticamente son iguales; le siguen el testigo (0 %) con 67.5 % y con el daño del 75 % hubo una sobrevivencia del 60 %; con el 100 % de daño el 37.5 % fue estadísticamente el menor valor de propágulos sobrevivientes (Tabla 4).

Tabla 4. Sobrevivencia de propágulos con daño simulado.

Porcentajes de daños causados

Porcentajes de sobrevivencia de los propágulos

 

Promedio

I

II

III

IV

25

100

70

40

80

72.5      B

50

80

70

100

40

 72.5      B

75

60

60

70

50

  60.0   AB

100

30

50

60

10

37.5   A

0 (Testigo)

80

60

60

70

  67.5   AB

        Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p > 0.05)

 

 

 

 

     Riesgo de infestación según temporada.

     Los resultados indicaron que en relación con los parámetros ambientales, la precipitación, humedad y la temperatura mostraron una relación significativa y positiva con los meses estudiados (t=6.28, p=4.71) respectivamente.  En cuanto a la época seca donde se ha observado mayor infestación por el coleóptero, se muestra que los parámetros ambientales estuvieron simultáneamente estables favoreciendo las condiciones de vida de C. rhizophorae, no así en la época de lluvia donde se registró un aumento notable de la temperatura sobre las dos variables restantes, y se evidenció su influencia en los valores estadísticos de la correlación C. rhizophorae y menor porcentaje de infestación. Se observa una relación  significativa de las probabilidades de infestación en relación a los parámetros ambientales (Fig.10).

Figura 10. Parámetros ambientales y la infestación de C. rhizophorae, Manglares en La Boca.

Discusión

     El insecto Coccotrypes rhizophorae pertenece al orden Coleóptera, familia Curculionidae, subfamilia Scolytinae, de amplia distribución en los manglares de América, así lo demuestran estudios previos realizados en países como México (Martínez-Zacarías et al., 2017), Cuba (Menéndez y Guzmán, 2006), Panamá (Sousa et al., 2003) y Ecuador (Cassinelli et al, 2018) donde se ha evaluado el porcentaje de daño que causa a los propágulos del género Rhizophora. Se ha registrado que causan hasta un 72% de la mortalidad a los propágulos del género Rhizophora (Sousa et al., 2003).

     Porcentaje de infestación

     De las tres zonas de estudio en el manglar La Boca, la mayor infestación causada por C. rhizophorae fue 37% en la Zona de Manglar, cultivos y Bosque Seco (MCB). Esta zona es la más alejada del agua, con mayor intervención humana por la construcción de camaroneras, presencia de desechos sólidos y mayor sedimentación. Estas características de sedimentación coinciden con los resultados de Cassinelli et. al. (2018) que reportó 37,41% infestación en el Estero Salado de Guayaquil. De igual manera Rueda (2019) en las islas Santa Cruz e Isabella registró 30,66% de infestación en áreas con intervención humana que han generado sedimentación.

     La zona MEA tuvo el menor porcentaje de infestación con 30%, tanto en época seca como en época de lluvia. Esta zona está en contacto directo con el agua y la cobertura de manglar es mayor que en las otras dos zonas de estudio.  Estos resultados concuerdan con lo reportado en otros estudios, pues en las áreas con manglares mejor conservadas y que mantienen flujo y reflujo del agua, el porcentaje de infestación es menor, así lo reportaron Massuh (2019) en Santa Elena con un 0,11%, Cassinelli (2018) en Puerto El Morro con un 5%, Valverde (2020) en las Islas Huacas y Pongalillo 25%. Estos resultados varian según el sitio de estudio y sus condiciones ambientales.

     En cuanto al número de orificios en los propágulos fue bajo en relación a otros estudios que reportan hasta 6 orificios  (Valverde, 2020). La longitud de propágulos es una característica que puede limitar el daño, los propágulos con mayor longitud presentan menor cantidad de orificios, son más robustos y firmes lo que dificulta a las hembras de C. rhizophorae hacer sus cámaras (observación personal).

     Áreas más afectadas del propágulo.

     De las tres zonas de estudio muestreadas, el área más afectada de los propágulos con un 25% de daño fue el área radical, registrado en la Zona de Manglar, cultivos y Bosque Seco (MCB) por ser la parte del propágulo más gruesa y útil al insecto para la construcción de sus cámaras y desarrollo biológico, coincidiendo con las investigaciones de Cassinelli (2018), Rueda (2019), Massuh (2019),  y  Valverde (2020) donde también el 25% predominó en el área radical.

 

 

     Poblaciones de C. rhizophorae en los propágulos.

     Durante época seca (septiembre-noviembre) la población de C. rhizophorae registró mayor número de individuos adultos dentro de los propágulos en las tres zonas de estudio, aunque menor cantidad en la zona del espejo de agua.  Esto pudo ser debido a que en la época seca los parámetros ambientales de temperatura, humedad y precipitación se mantuvieron con valores bajos y constantes, creando condiciones favorables para el desarrollo del insecto; mientras que en la época de lluvia (diciembre-marzo) predomino el estado de pupa, lo que puede explicar porque en la época seca hay más adultos y mayor infestación. Estudios realizados en varias provincias del Ecuador como en Guayas (Cassinelli et al, 2018) menciona que el ciclo biológico de C. rhizophorae se considera un bioindicador del estado de salud en los manglares. Esto explica porque las zonas con manglares intervenidos presentan mayor cantidad de individuos adultos que son los causan el daño inicial para el desarrollo del insecto.

     Sobrevivencia de propágulos con daño simulado,

     Todos los propágulos con daño simulado sobrevivieron en porcentaje alto desde 72.5% hasta 37.5% con las diferentes escalas de daño simulado. La mayor sobrevivencia se registró en propágulos con 25% y 50% de daño simulado incluso mayor que en los propágulos sanos (67,5%). Todos los sobrevivientes en agua desarrollaron nuevas raíces y hojas, lo que evidencia que a pesar del daño que pueda causar C. rhizophorae en el área radical, que es la más afectada de los propágulos, pueden sobrevivir aun con el 100% de daño en esa área.

     Esta investigación es la primera realizada en el manglar de La Boca de Crucita, convirtiéndose en un trabajo inicial de C. rhizophorae y su daño en las especies del género Rhizophora. Por lo expuesto es importante realizar estudios, durante todo un año para fortalecer y comparar las conclusiones derivadas de este estudio, con el fin de establecer medidas para la conservación y restauración de los manglares.

Agradecimiento

A mis tutores y demás revisores por la guía de este trabajo, a la Universidad Estatal del Sur de Manabí y la Universidad de Especialidades Espíritu Santo por incentivar el desarrollo científico en sus estudiantes; así también al Ministerio del Ambiente y Agua por el permiso para la toma de muestras.

 

 

Referencias

 

Álvarez, A. B. (2014). Uso Estratégico Del Mangle Para El Desarrollo Turístico En El Cantón San Lorenzo, Provincia De Esmeraldas. Quito: Universidad Central Del Ecuador.

Arias de Lopez, y Molina-Moreira, N. (2019). Biología y comportamiento de Coccotrypes rhizophorae (Coleoptera: Curculionidae: Scolytinae) en propágulos del género Rhizophora. Primer Congreso Manglares de América. Guayaquil, Ecuador .

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[1] Ingeniera en Medio Ambiente. Universidad Estatal del Sur de Manabí, Ecuador dankini97@gmail.com. https://orcid.org/0000-0001-8722-3212.

[2] Magister en ciencias con énfasis en manejo sustentable de  Biorecursos y Medio Ambiente joseluis.mendoza@unesum.edu.ec  Universidad Estatal del Sur de Manabí, Ecuador.

[3] Máster en Ciencias, en Entomología y Acarologia Agrícola. Colegio de Postgraduados (COLPOS), México myriarias@yahoo.com.mx.

[4] Doctora en Ciencias Biológicas. Profesora Tiempo Completo. Universidad Espíritu Santo, Ecuador natimolina@uees.edu.ec https://orcid.org/0000-0002-8197-1137.