Investigatio

ISSN: 1390 - 6399 • ISSN-e: 2602 - 8336

Universidad Espíritu Santo © – UEES

 

 

 

IMPACTO PSICOSOCIAL DE LA PANDEMIA COVID-19 EN EL DESGASTE PSÍQUICO DE TRABAJADORES MEXICANOS

 

PSYCHOSOCIAL IMPACT OF COVID-19 PANDEMIC ON THE PSYCHIC EXHAUSTION OF MEXICAN WORKERS

 

 

María Ángeles Carrión-García¹  0000-0002-2818-0301   

María de Lourdes Preciado Serrano²   0000-0002-0329-808X

Francisco López Barón³   0000-0001-7820-8432

 

¹ Asociación de Expertos en Psicosociología Aplicada – AEPA. Universitat Oberta de Catalunya – UOC Barcelona. España.

² Departamento de Salud Pública, Centro Universitario de Ciencias de la Salud - CUCS, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México.

³ Asociación de Expertos en Psicosociología Aplicada – AEPA. Mollet del Vallès. España.

 

Cita: Carrión-García, M., Preciado Serrano, M., & López Barón, F.  (2022). IMPACTO PSICOSOCIAL DE LA PANDEMIA COVID-19 EN EL DESGASTE PSÍQUICO DE TRABAJADORES MEXICANOS. INVESTIGATIO, (17), 19-38. https://doi.org/10.31095/investigatio.2022.17.2

 

Fechas · Dates

 

Correspondencia · Corresponding Author

 

Recibido: 08.09.2021

Aceptado: 14.11.2021

Publicado: 31.01.2022

 

María de los Ángeles Carrión García

Universitat Oberta de Catalunya - UOC Barcelona. España.

mcarrionga@uoc.edu

 

 

Resumen

 

Objetivo. Identificar el impacto psicosocial de la pandemia COVID-19 en el desgaste psíquico de trabajadores mexicanos (marzo-octubre 2020). Material y métodos. Estudio observacional, transversal y analítico. Participaron, mediante una batería en línea, 1050 trabajadores mexicanos de diez estados. Se diseñó un cuestionario para identificar las variables psicosociales (laboral, social, familiar e individual) y condiciones de salud ante la COVID-19. Se aplicó la dimensión de desgaste psíquico del cuestionario CTCPS-MAC. Los datos se analizaron mediante el método Ward de regresión logística. Resultados. 23% obesidad, 17% hipertensión, 14% diabetes y 8% cardiopatías. Un 17% de casos contagiados por COVID-19. El riesgo de respuesta de estrés cognitivo-emocional fue del 16%, 8% en respuesta conductual, el 5% fisiológica y el 31% de riesgo de desgaste psíquico. Conclusiones. Dimensiones de seguridad: salud laboral; social: vivienda; expresión de emociones negativas y las individuales (salud física y mental) fueron predictores del desgaste psíquico.

 

Palabras clave: COVID-19, Pandemia de COVID-19, Funcionamiento Psicosocial, Salud mental, Factores de riesgo (fuente: DeCs, BIREME). Clasificación JEL: I1

 

Abstract

 

Objective: Identifying the psychosocial impact of the COVID-19 pandemic on the psychic exhaustion of Mexican workers (March–October 2020). Material and methods: Observational, cross sectional and analytical study.  1 050 Mexican workers from ten states filled an online battery.  A questionnaire was designed to identify the psychosocial variables (labour, social, family, and individual) and health conditions under COVID-19.  The psychic exhaustion dimension of the CTCPS-MAC questionnaire was applied.  Data was analyzed using the Ward method of logistical regression with the SPSS v.26. Results: 23% obesity, 17% hypertension, 14% diabetes and 8% heart disease. 17% of cases infected by COVID-19. The risk of cognitive-emotional stress response was 16%, 8% in behavioral response, 5% in physiological response and 31% presented a risk of psychic exhaustion. Conclusions: Safety dimensions: occupational health; social: housing; expression of negative emotions and individual (physical and mental health) were predictors of psychic exhaustion.

 

Keywords: COVID-19, COVID-19 Pandemic, Psychological Functioning, Mental health, Risk factors (source: DeCs, BIREME). JEL Classification: I1

 

 

Introducción

 

Epidemias y pandemias suceden en la historia de la humanidad y transforman las sociedades en las que aparecen (Huguet, 2021). La globalización crea un mundo abierto y sin apenas fronteras para los virus, en las que el SARS-CoV-2 se ha extendido como enfermedad COVID-19; declarada por la Organización Mundial de la Salud (en adelante, OMS) el 11 de marzo de 2020, como pandemia y emergencia de salud pública internacional (OMS, 2021). Si bien, la evolución de la enfermedad y las medidas adoptadas no han sido las mismas en todos los países, tampoco el impacto de la pandemia, especialmente en el ámbito laboral.

 

El impacto de la COVID-19 además del contagio y muerte, en las diferentes fases de su evolución presenta una serie de consecuencias, entre otras, limitación de la movilidad, disminución de la vida social, limitación de las actividades al aire libre y del ejercicio físico, cambios en los horarios de comidas, del sueño y de la calidad del mismo (Diz-Ferreria et al., 2021); efectos colaterales por la disminución de consultas y asistencias sanitarias, por no atenderse como urgencias no motivadas por la COVID-19 (Rocchetti et al., 2020);  listas de espera quirúrgicas (De Pablos y García-Centeno, 2021) que impactan tanto el bienestar psicosocial como el agravamiento de trastornos preexistentes (Suárez, 2020); trascendiendo al ámbito laboral por inseguridad en el empleo, pérdidas económicas y desempleo, factores de estrés y graves repercusiones en la salud mental (ILO, 2020). Siendo una cuestión crítica de salud pública como demuestra la producción científica en relación con los efectos de la salud mental en la población general (Becerra-García et al., 2020).

 

Estudios identifican grupos sociales especialmente vulnerables al impacto de la pandemia (Gaona-Pineda et al., 2020), así como factores de protección (Parrado-González y León-Jariego, 2020) que pueden reducir síntomas psicopatológicos (Becerra-Pineda et al., 2020), consecuencias psicológicas negativas (Balluerka et al., 2020) y mantener o fomentar efectos positivos (Sandín et al., 2020). Otros, reportan incremento del consumo de alcohol (Villanueva et al., 2021), tabaco (Rebollar et al., 2021), psicofármacos (Salas-Nicás et al., 2020), y el desarrollo de problemas de salud mental en supervivientes de COVID-19 (Taquet et al., 2021) incluyendo sintomatología grave de trastornos por estrés postraumático (TEPT) (Chamberlain et al., 2021). Ante la pandemia, la salud pública trasciende al ámbito laboral, induce cambios como: ajustes de plantillas, reducción de horarios, teletrabajo (Benavides, 2020), nuevas formas de organización del trabajo, infoxicación, la utilización acelerada de las tecnologías de la información y la comunicación, etc. Y, por ende, incrementan estudios del impacto en la población trabajadora, como en España (Romero et al., 2020; Ruíz-Frutos y Gómez-Salgado, 2021; Navarro et al., 2021), en México y otros países (Ruíz-Frutos y Gómez-Salgado, 2021, Carrión-García, 2020a).

 

En el ámbito laboral, los primeros estudios se han centrado en profesionales sanitarios, estos manifiestan carecer de recursos materiales suficientes para tratar a los pacientes con seguridad, afectando su salud mental con niveles de estrés, ansiedad o depresión, además, la eficiencia de sus funciones, el deterioro de sus capacidades de atención, compresión y toma de decisiones (Ruíz-Frutos y Gómez-Salgado, 2021), y aún pese a este impacto psicológico y unas condiciones de trabajo negativas junto con una enorme sobrecarga de trabajo (Dosil et al., 2021), se mantienen en sus servicios (García-Iglesias et al., 2020). La opción del trabajo a distancia (en remoto y en confinamiento) (Diz-Ferreira, 2021), conllevó el incremento de lo que se denominó teletrabajo, pese a no cumplir con el concepto ni el contexto para su desarrollo. Esta forma de organización laboral requirió del uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), se produjo la invasión del ámbito laboral en el espacio personal, aumento de gastos, etc., exponiéndose las personas trabajadoras a factores psicosociales de riesgo, con efectos de fatiga y sobrecarga mental (Venegas y Leyva, 2020).

 

La presente investigación se llevó a término entre marzo y octubre de 2020, para conocer el impacto psicosocial de la Pandemia de COVID-19 a nivel laboral, social, familiar e individual de población trabajadora de diversas empresas mexicanas. Particularmente, se considera que el ámbito laboral hace referencia al empleo, salario y condiciones de trabajo y se ve impactado por la pandemia que, según Weller (2020), muestra tendencias de destrucción, generación y transformación del empleo. Asimismo, en las personas y en la comunidad, se han amplificado las desigualdades sociales y, sobre todo, las desigualdades en salud (Mujica, 2020). En el ámbito familiar impacta la introducción del teletrabajo, la modificación de la convivencia y la economía; los hogares con niñas, niños y adolescentes de México son más vulnerables, con consecuencias observables a través de indicadores como seguridad alimentaria y ansiedad (EQUIDE et al., 2020). En el ámbito individual el impacto es en el área emocional, también en la salud física y mental, que se puede expresar con miedo, preocupación y estrés, en tales circunstancias se consideran normales ante la incertidumbre del fenómeno (Organización Panamericana de la Salud, 2020).

 

La experiencia a nivel internacional que han dejado algunos grandes desastres y otras epidemias, evidencian tanto el impacto que han tenido en la salud mental como en el comportamiento de la población. El riesgo, a partir de la COVID-19, es que aumenten los trastornos por estrés postraumático (TEPT), la ansiedad, la depresión, las respuestas de estrés y desgaste psíquico, así como la violencia doméstica o las situaciones de abuso infantil o a adultos mayores. Por tanto, se está ante un impacto global y significativo en las condiciones de vida, tanto en el área laboral, como social, familiar e individual.

 

En cuanto a la seguridad y salud en el trabajo y, tal como indica la Organización Internacional del Trabajo (en adelante, OIT) (2020), los empleadores tendrán la responsabilidad global de asegurarse de que se adopten todas las medidas de prevención y protección factibles para reducir al mínimo los riesgos profesionales, especialmente en época de pandemia.

 

Así, ante estas condiciones, se pone en evidencia la importancia de la identificación y evaluación de los factores psicosociales de riesgo en las empresas, para implementar acciones preventivas y dar cumplimiento a la normativa para la salud y bienestar de la población trabajadora, ya que de esa manera los beneficios se extenderán a su entorno social y familiar.

 

Tal como indica la OIT (1984), se considera desgaste psíquico a los trastornos derivados de los factores estresantes de origen profesional, a nivel psicológico, fisiológico y del comportamiento.

 

El desgaste psíquico se conceptualiza como trastorno adaptativo, según los criterios diagnósticos del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, DSM-V (2013) e indica que produce alteración mixta de las emociones o la conducta 309.4 (F43.25). Específica que se presenta con predominio de los síntomas emocionales, tales como: nerviosismo, agitación, ansiedad, preocupación, ansiedad de separación; depresión: estado de ánimo bajo, ganas de llorar o sentimiento de desesperanza, y la alteración de la conducta. A este criterio diagnóstico cabe añadirle la respuesta fisiológica al estrés.

 

Conviene aclarar que el desgaste profesional no es sinónimo de burnout (síndrome de estar quemado por el trabajo) (Gil-Monte, 2003; Escobar-Pérez y Cuervo-Martínez, 2008). Es importante enfatizar que el constructo desgaste psíquico profesional, laboral u ocupacional es mucho más amplio que el burnout, involucra el área cognitivo-conductual, emocional y fisiológica. Así, una persona trabajadora puede sentirse desgastada, pero, no por ello, padecer el síndrome de estar quemado por el trabajo.

 

Como indica la OMS (Houtman et al., 2008), el estrés laboral se produce cuando las exigencias del entorno superan la capacidad de respuesta que tiene el trabajador y éste puede presentar diversas respuestas de estrés: fisiológicas (hipertensión, taquicardia, etc.), emocionales (miedo, ansiedad, etc.), cognitivas (alteración del nivel de atención, memoria, etc.) y conductuales (aumento de consumo de sustancias adictivas, aislamiento, etc.). 

 

El objetivo de esta investigación fue identificar el impacto psicosocial (laboral, social, familiar e individual) de la pandemia de la COVID-19 en el desgaste psíquico (respuestas de estrés: cognitivo-emocional, conductual y fisiológica) de trabajadores mexicanos (marzo-octubre 2020), con la intención que los resultados aporten conocimiento para incorporar acciones específicas en los programas de prevención y promoción de la salud (física, mental y cognitivo-emocional) en las empresas y organizaciones, que incidan de forma positiva y queden plenamente integradas en el sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo.

 

Materiales y Métodos

 

Área de Estudio

 

Diseño de estudio transversal, observacional y analítico.

 

Muestreo de campo

 

No probabilístico con participación voluntaria. Se difundió un cuestionario en línea para contestar voluntariamente la encuesta. Participaron 1050 trabajadores de siete empresas, ubicadas en los estados de Aguascalientes, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Jalisco, Quintana Roo, Sonora, Tabasco y Tlaxcala. El período del estudio fue de marzo a octubre de 2020.

 

Instrumentos

 

1. Cuestionario de datos generales: sociodemográficos, laborales y de salud para caracterizar a la población de estudio.

 

2. Cuestionario Impacto Laboral, Social, Familiar e Individual de la COVID-19 (ISLFI-COVID-19) constituido por cuatro dimensiones y un total de 65 ítems, con respuesta dicotómica (si-no). 1. Dimensión Laboral: Seguridad y Salud Laboral (DSL) con 10 ítems sobre las normas que deben cumplirse en el entorno laboral, respecto a la protección de los trabajadores; 2. Dimensión Social: Social y Vivienda (DSV) con 11 ítems que contemplan las condiciones del vecindario, de la vivienda y la facilidad de acceso a los servicios de salud; 3. Dimensión Familiar: Familia y Organización (DFO) con 18 ítems sobre la organización familiar de los tiempos de dedicación y la utilización de los espacios, las responsabilidades del hogar y las relaciones interpersonales; 4. Dimensión Individual con tres sub escalas: Expresión de Emociones Negativas (EEN) con 8 ítems que contemplan las principales emociones experimentadas ante los cambios impuestos por la pandemia en nuestra vida cotidiana; Salud Física (SF) con 8 ítems sobre los cambios que la propagación del virus ha obligado a imponer y han generado problemas a nivel físico; Salud Mental (SM) con 10 ítems de aquellas situaciones que ejercen como factores protectores de la salud mental ante los cambios que se están viviendo. La validez de contenido se realizó mediante la técnica de juicio de expertos (Escobar-Pérez y Cuervo-Martínez, 2008) por investigadores del Instituto Internacional de Investigación Social, Ambiental y de Salud Ocupacional – IIISASO (Carrión-García, 2020b). La redacción de los ítems se sustentó con las disposiciones fundamentales de la OIT (2020) en el contexto COVID-19, y con los determinantes sociales de salud de la OMS (2009). Se analizó la concordancia de los jueces en pertinencia y redacción de los ítems, el resultado ofreció los 65 ítems que aquí se analizaron.

 

3. Dimensión Desgaste Psíquico del cuestionario de condiciones de trabajo de carácter psicosocial (en adelante, CTCPS-MAC), que evalúa el desgaste psíquico, a través de las respuestas de estrés, con 20 ítems conformados en tres factores: cognitivo-emocional (7 ítems), conductual (6 ítems) y fisiológico (7 ítems) y reporta 52.05% de varianza explicada. Cada enunciado ofrece respuestas tipo escalar: 1 = completamente en desacuerdo, 2 = en desacuerdo, 3 = ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4 = de acuerdo, 5 = completamente de acuerdo. En la corrección, se invirtieron los valores de los ítems negativos para dar un único sentido escalar. Se sumaron los ítems por cada factor y se graduaron con la siguiente escala: 1 = muy bueno, 2 = bueno, 3 = normal, 4 = regular y 5 = nocivo, como consta en la Batería CTCPS-MAC (Carrión-García, 2014). Cada uno de los tres factores refiere lo siguiente: 1. Respuesta cognitiva-emocional, vincula la capacidad de adaptación de reacción saludable respecto al entorno circundante. 2. Respuesta conductual, evalúa comportamientos adecuados de afrontamiento ante las situaciones que se presentan y el riesgo asociado a su ausencia y 3. Respuesta fisiológica que evalúa la reacción del organismo ante los estímulos externos de estrés o esfuerzo. El cuestionario reporta fiabilidad alpha de Cronbach (0.872) para población mexicana. La calificación por factor se dicotomizó, considerando los niveles muy bueno y bueno como sin riesgo (nivel adecuado), en tanto que el normal, regular y nocivo como riesgo (inadecuado).

 

Análisis estadístico

 

Se utilizó el programa SPSS versión 26. Las variables sociodemográficas, laborales y de salud ante la COVID-19 se reportaron con estadísticos descriptivos. Se estimó el riesgo de desgaste psíquico con el estadístico Chi cuadrado de Pearson al nivel significativo (p < .05) y se reportaron frecuencias absolutas y relativas. Para identificar las variables predictoras (laboral, social, familiar e individual) del desgaste psíquico, se aplicó el método Ward con regresión logístico-binaria, al intervalo de confianza de 95% y la estimación de ajuste del modelo con la curva ROC (Hosmer et al., 2013).

 

 

 

Resultados

 

Participaron 846 (81%) hombres, 202 (19%) mujeres y 2 no respondieron. La categoría de edad con mayor frecuencia fue de 31 a 40 años (31%), seguida por los rangos de 41 a 50 años (25%), 21 a 30 años (22%), 51 a 60 años (17%), más de 61 años (3%) y el resto entre 18 y 20 años (2%). Solamente 182 (17%) trabajadores reportaron estar solteros y el resto, casados, divorciados, viudos, separados o viviendo en pareja; 197 (29%) indicaron no tener hijos y los demás, más de un hijo. El 8% (90) indicó vivir solos y el resto con dos o más personas. Las empresas en las que laboran los participantes pertenecen al sector terciario con 288 (27%) trabajadores de servicios que incluye manufactura, educación, vigilancia y administración pública; y del sector primario 762 (73%) de la minería y extracción de petróleo. El 32% (331) informaron tener nivel educativo de primaria o secundaria; 27% (286), bachillerato y el resto formación técnica profesional (9%), licenciatura (20%) o postgrado (11%). Solamente tres personas (1%) indicaron no tener estudios, pero sí saber leer y escribir.

 

El 60% (628) de los participantes informaron conocer de una y hasta 50 personas afectadas por COVID-19; el 54% (567) indicó saber de un amigo o conocido fallecido por esta causa.

 

Según las condiciones sociales que cada región de México implementó ante la contingencia de COVID-19, se reportó que el 98% (1029) de los trabajadores participantes mejoró su comunicación familiar, con vecinos y amigos (con mantenimiento de la distancia social). El 3% (31) manifestó padecer discriminación, ya sea por su profesión, género u origen étnico; y siete personas indicaron que fue por su contagio de COVID-19.

 

En cuanto a los factores de vulnerabilidad de los participantes frente a la pandemia, se les preguntó si les habían realizado la prueba diagnóstica de COVID-19; el 63% (663) respondieron que sí, de los cuales el 17% (177) resultó positivo y reportaron comorbilidades con diagnóstico de COVID-19. De la totalidad de los trabajadores (1050), el 23% (245) señaló tener obesidad, el 17% (183) hipertensión, el 14% (153) diabetes y el 8% (92) cardiopatías (Tabla 1).

 

 

 

Tabla 1

Distribución de los trabajadores mexicanos según diagnóstico COVID-19 y comorbilidades reportadas

 

Hipertensión

Diabetes

Obesidad

Cardiopatías

 

 

No

No

No

No

 

 

n

%

n

%

n

%

n

%

n

%

n

%

n

%

n

%

 

Caso

 21

  2

156

 15

 15

  1

162

 15

 36

  3

141

 16

  4

  

173

 16

 

No caso

162

 15

711

 68

138

 13

735

 70

209

 20

664

 96

 88

  8

785

 75

 

Notas: N = 1050. Encuesta de marzo a octubre de 2020. La celda vacía representa un porcentaje < 1%

 

 

El análisis bivariado, entre quienes reportaron diagnóstico COVID-19 y el resto de la población trabajadora y desgaste psíquico, mostró asociación significativa, excepto en la dimensión Fisiológica.  En la evaluación general de desgaste psíquico, el 4% (45) que reportó positivo en la prueba COVID-19 calificó nivel de riesgo, así como el 27% (283) de los no contagiados, lo que implica sentimientos de intranquilidad, tensión, falta de ánimo, conflicto en las relaciones interpersonales, pesimismo y baja satisfacción por el trabajo. Además, en la totalidad de participantes, se ubicó un 16% en el nivel de riesgo para la respuesta de estrés cognitivo-emocional, el 8% de para la conductual, el 5% para la fisiológica y el 31% en nivel de riesgo general por desgaste psíquico (Tabla 2).

 

Tabla 2
Relación de trabajadores mexicanos según diagnóstico COVID-19 y riesgo por Desgaste Psíquico.

Dimensiones de Desgaste Psíquico

Riesgo

Adecuado

X2

p

 

n

%

n

%

Cognitivo-Emocional

 

 

 

 

3.373

0.039

Caso COVID-19

20

2

157

15

No caso

147

14

726

69

Conductual

 

 

 

 

4.226

0.040

Caso COVID-19

 7

  1

170

 16

No caso

 74

  7

799

 76

Fisiológico

 

 

 

 

0.681

0.273

Caso COVID-19

  6

  1

171

 16

No caso

 42

  4

831

 79

Desgaste Psíquico General

 

 

 

 

3.347

0.039

Caso COVID-19

45

4

132

13

No caso

283

27

590

56

Nota. N = 1050 (n = 177 caso por COVID-19).

 

 

Para identificar los predictores se utilizó el modelo de regresión logística y fue estadísticamente significativo para cinco de las seis dimensiones. En la tabla 3, se reportan las variables del cuestionario ILSFI-COVID-19 que fueron incluidas en el modelo con el método Wald y que permitieron construir la siguiente ecuación:

 

Donde (Y): diagnóstico de COVID-19 (Caso/No Caso)

DSL = Dimensión Seguridad y Salud Laboral, DSV = Dimensión Social y Vivienda, DFO = Dimensión Familia y Organización, EEN = Expresión de Emociones Negativas, SF = Salud Física, SM = Salud Mental.

 

El valor Exp(B) y el intervalo de confianza (IC) para las variables EEN (Expresión de Emociones Negativas) y SF (Salud Física) fueron mayores que la unidad y significativas, por lo que se consideraron como factores de riesgo de desgaste psíquico ante la contingencia COVID-19. En tanto, que las variables DSL (Dimensión Seguridad y Salud Laboral), DSV (Dimensión Social y Vivienda) y SM (Salud Mental) fueron menores que la unidad y significativas, lo que reduce el factor de riesgo (Tabla 3).

 

Tabla 3

Modelo predictivo de Desgaste Psíquico en trabajadores mexicanos durante la contingencia de COVID-19

 

B

Error estándar

Wald

gl

Sig.

Exp(B)

I.C. 95% para EXP(B)

 

Inferior

Superior

Dimensión Seguridad y Salud laboral (DSL)

-.159

.049

10.471

1

.001

.853

.775

.939

Dimensión Social y Vivienda (DSV)

-.223

.056

15.892

1

.000

.800

.717

.893

Dimensión Familia y Organización (DFO)

.021

.038

.303

1

.582

1.021

.947

1.101

Expresión de Emociones Negativas (EEN)

.279

.031

79.639

1

.000

1.322

1.244

1.406

Salud Física (SF)

.270

.060

19.888

1

.000

1.309

1.163

1.474

Salud Mental (SM)

-.276

.064

18.473

1

.000

.759

.669

.861

Constante

2.405

.786

9.348

1

.002

11.073

 

 

Nota: gl = grados de libertad; Sig. = significancia.

 

El modelo mostró del -1LL (-2 Logaritmo de verosimilitud) pequeño y adecuado (1044.986), el determinante R2 de Cox y Snell, así como el de Nagelkerke establecieron la varianza de la función en un rango de 21.9% a 30.7% respectivamente. La prueba de Hosmer-Lemeshow (p = .63) determinó un buen ajuste de bondad, con chi cuadrado 13.381 (p = .099). Se reporta el 76.8% como clasificación correcta entre los datos observados y pronosticados.

 

Se estimó la razón de 328 casos positivos de desgaste psíquico y 722 negativos, con 31% de prevalencia, 89.6% de sensibilidad y 48.5% de especificidad. Se apreció que el área debajo de la curva (ROC) para el modelo fue de .785 (p < .001) con IC95% (.754 a .815) que determinó buen ajuste del poder predictivo para DSL (Dimensión Seguridad y Salud Laboral), DSV (Dimensión Social y Vivienda), DFO (Dimensión Familia y Organización), EEN (Expresión de Emociones Negativas), SF (Salud Física), SM (Salud Mental) y el Desgaste Psíquico (Figura I).

 

Figura 1

Curva ROC del modelo de regresión estimado para el desgaste psíquico en trabajadores mexicanos ante la contingencia COVID-19

Nota: Los segmentos diagonales son producidos por los empates. SPSS versión 26

Tabla 4

Distribución de trabajadores mexicanos según diagnóstico COVID-19, dimensiones laboral, social, familiar e individual y riesgo por desgaste psíquico

 

 

 

Desgaste Psíquico

 

 

Nivel 

Riesgo

 

Sin riesgo

 

Diagnóstico

Cuestionario ILSFI

 

n

%

n

%

Caso COVID-19

Dimensión seguridad y salud laboral (DSL)

(+)

  4

  2

  6

  3

(-)

 41

 23

126

 71

No Caso

(+)

 44

  5

 40

  5

(-)

239

 27

550

 63

Caso COVID-19

Dimensión Social y Vivienda (DSV)

(-)

 45

 25

132

 75

No Caso

(-)

283

32

590

68

Caso COVID-19

Dimensión Familia y Organización (DFO)

(+)

  8

  5

 16

  9

(-)

 37

 21

116

 66

No Caso

(+)

 44

  5

 58

  7

(-)

239

 27

532

 61

Caso COVID-19

Expresión de emociones negativas (EEN)

(+)

 34

 19

 45

 25

(-)

 11

  6

 87

 49

No Caso

(+)

215

 25

230

 26

(-)

 68

  8

360

 41

Caso COVID-19

Salud Física (SF)

(+)

 18

 10

 69

 39

(-)

 27

 15

 63

 36

No Caso

(+)

 66

  8

282

 32

(-)

217

 25

308

 35

Caso COVID-19

Salud Mental (SM)

(+)

 17

 10

 40

 23

(-)

 28

 16

 92

 52

No Caso

(+)

134

 15

165

 19

(-)

149

 17

425

 49

Nota. N = 1050 (n = 177 caso COVID-19. ILSFI: Cuestionario de impacto laboral, social, familiar e individual. Nivel = (+) riesgo; (-) no riesgo

 

 

La tabla 4 reporta los predictores del cuestionario ILSI con el riesgo por desgaste psíquico y además con la capa de trabajadores que reportaron padecer (177) o no (873) COVID-19, de los cuales el 25% (45 de los afectados, en adelante A) y el 32% (283 de los no afectados, en adelante NA) respectivamente, presenta riesgo de desgaste psíquico. La mayor prevalencia de riesgo de desgaste psíquico fue en la dimensión individual, del 19% (A)  y 25% (NA) en la expresión de emociones negativas que se manifiestan en miedo, tristeza, incertidumbre, enojo y ansiedad, un 10% (A) y 15% (NA) en salud mental, sin haber realizado cambios importantes, tales como implementar técnicas anti estrés, disminuir la información de noticias negativas o no saber manejar las emociones y un 10% (A) y 8% (NA) en salud física, con cansancio corporal y alteraciones en el sueño. Un 5% (A) y un 5% (NA) presenta riesgo psíquico en la dimensión familia y organización con pérdidas de poder adquisitivo, cambios en la dinámica familiar, responsabilidades del hogar o aumento de las situaciones de conflicto o violencia. En la dimensión seguridad y salud laboral un 2% (A) y un 5% (NA), con falta de apoyo por parte de la empresa para la realización del trabajo desde casa, la carga horaria o la disponibilidad continua a través de las redes. Aunque el 25% (A) y el 32% (NA) presenta desgaste psíquico, éste no está asociado a la dimensión social y vivienda, es decir, parece estar en una situación adecuada, no tener mayores conflictos, sentir un ambiente libre de violencia, sin delincuencia a su alrededor, vivir en un lugar seguro para actividades físicas exteriores, así como tener acceso y buenos servicios de salud.

 

Discusión

 

Se cumplió el objetivo principal de identificar el impacto psicosocial de la pandemia COVID-19 y el desgaste psíquico en trabajadores mexicanos. Se valoraron las dimensiones laboral, social, familiar e individual como predictores del desgaste psíquico en trabajadores de diversas organizaciones ubicadas en diez regiones, tanto del norte, centro como del sur de México. Las dimensiones psicosociales predictoras del riesgo de desgaste psíquico fueron la expresión de emociones negativas y la salud física, mientras que las dimensiones seguridad y salud laboral, social y vivienda y salud mental, reducen el nivel de riesgo psíquico. En la dimensión familiar los participantes se reportaron sin cambios en su rutina, en sus horarios o en sus actividades recreativas.

 

Con el modelo de regresión logística se consideró correctamente diagnosticados al 77% de los participantes y 177 reportaron haber tenido la enfermedad COVID-19. Los participantes manifestaron respuestas de estrés cognitivo-emocional y conductual que presentaron asociación significativa con desgaste psíquico. Complementa y ratifica los resultados obtenidos que el convivir con personas de riesgo y considerar los efectos económicos negativos incrementan el malestar emocional y la morbilidad psíquica (Parrado-González y León-Jariego, 2020).

 

Los trabajadores reconocen que las empresas implementan las medidas de seguridad para la salud y prevención de la COVID-19, control de temperatura a trabajadores que ingresan, sana distancia, promueven el lavado de manos frecuente, facilitan equipos de protección y cumplimiento de normas oficiales. Por contra, en un estudio en España, 13,1% de los trabajadores indicaron que han ido a laborar de manera habitual durante el estado de alarma, en alguna ocasión, con sintomatología compatible con COVID-19 (Salas-Nicás et al., 2020), además fue el doble en mujeres que en hombres.

 

La identificación oportuna de variables que se vinculan con el desgaste psíquico puede favorecer afrontamientos adecuados ante la COVID-19. Esta investigación permite identificar la importancia del área laboral para mantener el optimismo, las buenas relaciones, hábitos saludables y organización de actividades en colaboración con la familia. Asimismo, el ambiente social donde se desarrolla la vida cotidiana fue fundamental para sentirse seguros y continuar con las restricciones que, por acuerdos, se realizaron durante la pandemia. Ello ratifica lo encontrado en un estudio sobre el impacto psicológico de la pandemia en España (Sandín et al., 2020), que el confinamiento favorecía algunas experiencias personales positivas; aunque otro, centrado en las consecuencias psicológicas negativas por la COVID en la población general (Balluerka et al., 2020) indica de un empeoramiento de las personas encuestadas en casi todas las variables tratadas, en esta línea Ruíz-Frutos y Gómez-Salgado (2021) constatan un fuerte impacto en la salud mental de las personas trabajadoras, destacándose en las situaciones límite de alta exigencia profesional.

 

Cabe resaltar la comorbilidad asociada a la COVID-19 que reportaron los trabajadores encuestados, del 1 al 3% con obesidad, hipertensión y diabetes.

 

Un aspecto novedoso, es ser la primera investigación en México sobre el impacto psicosocial, referido al ámbito no sólo laboral, sino también social, familiar e individual, de la pandemia COVID-19 y las respuestas de estrés y desgaste psíquico en trabajadores mexicanos de varios sectores de actividad. Los resultados aportan el conocimiento para establecer las bases para la intervención en las empresas con el fin de eliminar o controlar los factores psicosociales de riesgo.

 

En la dimensión Laboral: Seguridad y salud laboral (DSL) la implementación de programas de promoción de la salud, el establecimiento de políticas de empleo justo, apoyo por parte de la empresa a las personas trabajadoras que realizan su trabajo desde su domicilio o lugar de residencia y un ajuste saludable de horarios de trabajo. Respecto al apoyo, especialmente de tipo social, el estudio de Navarro et al. (2021) que, si bien está centrado en el síndrome de estar quemado por el trabajo, sugiere que la percepción del mismo, así como la disponibilidad de recursos y/o materiales tienen un efecto protector, de manera semejante a lo que ocurre frente al desgaste psíquico.

 

Para el impacto detectado por la enfermedad y la muerte, así como las situaciones de discriminación, desde las empresas se pueden implementar acciones para el acompañamiento en los procesos de duelo y programas de sensibilización en prevención de la discriminación y violencia. Respecto a la dimensión Familiar: Familia y organización (DFO) programas informativos sobre las ayudas sociales para familias y Programas de ayuda y desarrollo de los empleados (PADE’s), campañas de sensibilización e información sobre recursos para víctimas de violencia o malos tratos, así como para constituir una red familiar de apoyo. Para la dimensión Individual: Expresión de emociones negativas (EEN) programa para la gestión de emociones y sentimientos, Salud física (SF) programas de promoción de salud y hábitos saludables y Salud mental (SM) técnicas de afrontamiento y manejo del estrés.

 

Las empresas deberán prevenir las secuelas emocionales y mentales que, en cada una de las personas trabajadoras ocasiona el impacto de la pandemia, como: el aislamiento social, la soledad, la incertidumbre, la falta de poder adquisitivo, los conflictos familiares que pueden aflorar, la enfermedad, la pérdida de seres queridos y el miedo a la muerte.

 

Son necesarios estudios sobre las condiciones psicosociales laborales y el desgaste psíquico que situaciones pandémicas y de crisis pueden producir en los trabajadores, con el fin de prever y reducir sus consecuencias. Destacan el apoyo social y organizacional, así como una buena salud mental, como mitigadores del estrés producido por la COVID-19.

 

Financiamiento

 

Los autores no han recibido financiación para la publicación de este manuscrito.

 

 

Conflicto de intereses

 

Ninguno.

 

Contribuciones de autoría

 

María Ángeles Carrión-García: concepción y diseño del estudio, planificación y elaboración del proyecto de investigación. Diseño y obtención de datos. 2. María de Lourdes Preciado Serrano: análisis e interpretación de los datos, resultados y explotación estadística. 3. Francisco López Barón: investigación del estado del arte y elaboración del artículo para la difusión del nuevo conocimiento a la comunidad científica. Todos ellos han contribuido a la redacción del artículo y la aprobación de la versión final.

 

Mensajes clave

 

¿Qué se sabe sobre el tema?

 

Hay evidencia que, ante la pandemia y el desconocimiento de su impacto en la población trabajadora, es necesaria la identificación y evaluación de los factores psicosociales de riesgo (en las áreas: social, laboral, familiar e individual) que impactan en las empresas, para implementar acciones preventivas y dar cumplimiento a la normativa para la salud y bienestar de la población trabajadora.

 

¿Qué añade el estudio realizado a la literatura?

 

Es la primera investigación en México sobre el impacto psicosocial, referido al ámbito no sólo laboral, sino también social, familiar e individual, de la pandemia COVID-19 y las respuestas de estrés y desgaste psíquico en trabajadores mexicanos de varios sectores de actividad.

 

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